Hace ya varios años que inicie esta camino, la ruta del fitness.
Este proceso comenzó específicamente con una transformación que no sucedía. Mi propio cambio.
Me encontraba en una constante frustración, sensaciones de las cuales tal vez te puedas sentir identificado a lo largo de este post.
Me veía al espejo, no veía los cambios. Improvisaba rutinas, salpicaba distintas dietas.
Solo sostenía el proceso unos días e imaginaba que en tan solo ese tiempo tenía que sentir los avances de esa transformación buscada.
Me comparaba con otros, me inundaba de un sin fin de información de falsos Gurús en las redes sociales.
La ansiedad me comía y al no ver o sentir estos cambios, inmediatamente me frustraba y tiraba todo por la borda.
Me boicoteaba comiendo en exceso, ingería alimentos que no sumaban para nada, dejaba mis cardios, faltaba a entrenar.
Volvía a insistir con una nueva alternativa, de algún otro gurú, o incluso profesional de gran experiencia, creyendo que ese era realmente el problema.
Posiblemente hayas repetido en ocaciones este patrón, y si lo has echo, es seguro de que te sentís estancado/a.
Con el tiempo entendí que la barrera más fuerte somos nosotros mismos.
Nuestras creencias limitantes impiden que podamos avanzar. Constantemente nos golpean y poco a poco vamos creyendo de que la transformación no es posible.
En esos momentos de dificultad, donde la toma de decisión nos puede mantener en la línea correcta, el simple echo de dudar de nosotros mismos, nos lleva a decidir soltarnos y dejarnos caer una vez más.
No te ha pasado preguntarte ¿Para qué?
¿Para qué medir las cantidades? si no voy a lograrlo.
¿Para qué evitar tomar alcohol? mi genética no me permite bajar de peso.
¿Para qué hacer 15000 pasos diarios? nunca va a ser suficiente para cambiar mi realidad.
La pregunta más común del momento, ese momento en el que decidís abandonar tus convicciones.
Lo admito, durante mucho tiempo estuve así, incluso mi salud se vió afectada. Es que tanta ansiedad, frustración y un volver a empezar constante en este circulo vicioso, te puede llevar a un lugar totalmente tóxico, perjudicando tu salud y bienestar.
Me gustaría decirte en estas líneas qué cambiar es posible y que no deberías compararte con otros.
Quiero que sepas que es un proceso que sin dudas será incómodo, lento y en ocaciones deberás sacrificar cosas que realmente no te están sumando.
También necesito transmitirte que poco a poco irás viendo los cambios, te sentirás mejor, mas fuerte. Mejorarás tu rendimiento no solo en el entrenamiento, sino también en el trabajo. Tus relaciones mejorán y te sentirás cada vez mas vital.
Tú autoestima se elevará, tus actitudes serán más positivas e impactarás en otras vidas también. Serás ejemplo de otros, ayudarás y contagiarás a más personas a buscar esa nueva versión.
Será un proceso de toda la vida, con el paso del tiempo te sentirás orgulloso de cada cambio, la fortaleza obtenida y la disciplina construida.
Hay algo más. Te verás mejor, pero te darás cuenta que la estética no es lo más importante, porque al final de cuentas lo verdaderamente necesario, es vivir una vida con un cuerpo que nos permita disfrutar de óptima calidad movimiento y compartir los verdaderos placeres de este mundo. La familia, los amigos, la naturaleza.
Da el primer paso, cree y todo será posible.
Prof Denis Peliizzari